La revolución del picante. ajíes nacionales e importados, cada vez más argentinos buscan sensaciones extremasPor Rodolfo Reich
En las últimas semanas, el picante estuvo en boca de todos. El 19 de noviembre se presentó en el país la viralizada marca de snacks Takis, famosos totopos mexicanos de intenso nivel de picor. Tres días más tarde, el 22 de noviembre, se festejó el día nacional del kimchi, el más famoso de los fermentos coreanos, elaborado con cantidades generosas de gochugaru, un ají picante y sabroso. El 30 de noviembre, en Maipú (Mendoza), se llevó a cabo la feria Que ají sea, con charlas, degustaciones, vinos y vermouths, música y sorteos, todo alrededor del picante. El 2 de diciembre los creadores de Cultivando Sur (elaboradores de salsas, encurtidos y ajíes secos) hicieron un pop up en la Taquería Díaz, ofreciendo deliciosas tostadas de tortilla con merken de chipotle. Y finalmente, el pasado domingo 9, se festejó en Buenos Aires el volumen 2 de Picante Fest, un festival donde fue posible conseguir decenas de salsas picantes (como Lágrima del Diablo, Chilanga, Inferno, Buy or Die, Le Piqué, Mande y otras) al compás de un DJ y la promesa de abundante comida ardiente. Algo está claro: como nunca antes, el picante está de moda en la Argentina.